Estados Unidos aceptó comenzar a destruir el muro con el que bloqueaba a Cuba. Mucho se ha dicho en estas horas sobre el pasado oprobioso para el pueblo de Estados Unidos y para toda la humanidad que constituía el ataque de la principal potencia mundial a un pequeño país cuyo crimen principal consistía en no haber negociado su soberanía nacional y en no haber renunciado a su propio proyecto político y social. Se cierra una etapa en la política global; en cierto sentido, como también se ha dicho, se cerró definitivamente la época de la Guerra Fría, cuyo resquebrajamiento empezó con la caída del Muro de Berlín.
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