Para Manlio Dinucci, la simple lectura del anuncio oficial de la Casa Blanca sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba demuestra que, en el fondo, nada ha cambiado: Estados Unidos sigue empeñado en destruir el Estado cubano, sólo que ahora piensa recurrir a métodos menos violentos que el terrorismo de Estado y el bloqueo económico y financiero. La próxima etapa será por consiguiente un intento de «revolución» de color.
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