Por eso, porque, como dice Silvio Rodríguez, no les hace falta imaginarlo. Saben lo que es la pobreza material, conviven con ella. También les gusta a ellos la ropa, los ordenadores, el juego, el baile. La diferencia es que antes de eso a su puerta ha llamado la dignidad, la solidaridad, la justicia. Tienen problemas, si. Pero nosotros tenemos que cerrar los ojos para ver su densidad comunitaria, sus esfuerzos en educación y cultura, en sanidad y solidaridad, en deporte.
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